MAS DE UN MILLÓN DE NIÑOS COMIENZAN EL CURSO.

Más de un millón de niños comienza las clases este miércoles. 11-09-2007

Más de un millón de niños comenzará el colegio este miércoles en los centros de la Comunidad de Madrid, de los que 50.000 serán nuevos alumnos y 120.000 serán estudiantes de origen extranjero, en un curso 2007-2008 marcado principalmente en la región por la no aplicación de la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A empezar otra vez, los padres podran estar más libres mientras los pequeños se encuentran en la escuela.
Bueno seria que la señora ministra de educación ampliara los horarios y curso, con la finalidad de poder conciliar todo el año la vida familiar, con su mes o mes y medio de vacaciones.

Anónimo dijo...

Desde luego, falta nos hace, el compaginar las tareas de la casa con el trabajo y el cuidado de los hijos, en epoca estival, se hace un poco cuestaarriba, por fin comienza la escuela.

Maria.

Anónimo dijo...

Arranca el nuevo curso y con él la polémica. Donde no faltan profesores, la escasez de aulas obliga a alojar a los alumnos en barracones, la asignatura de Educación para la Ciudadanía tiene cada vez más objetores, el nivel de exigencia desciende y el fracaso escolar es una realidad preocupante para todos aquellos que nos sentimos parte responsable de la educación en este país. A pesar de todo, este panorama educativo no nos debería llevar al pesimismo. Al contrario. Ser conscientes de las dificultades no nos puede impedir, nuestros hijos tienen derecho a ello, que nos planteemos nuevos objetivos a conseguir este curso y que nos ilusionemos en poner todos los medios a nuestro alcance para lograrlos. Nuestra obligación -junto a los profesores y directores de los centros educativos- es actuar de tal forma que les mostremos el camino y les llenemos la mochila con los bártulos necesarios para ponerse en marcha, para sortear los obstáculos, para que se esfuercen por lo que vale la pena esforzarse, precisamente porque vale la pena. Y nuestros hijos, que tienen el privilegio de poder aprender, deben seguir el camino mostrado, apoyados en nuestro ejemplo y sabiduría. Si nuestros criterios son buenos y los vivimos congruentemente no hará falta convencer a los hijos. Se tratará, más bien de dejarse ver, exigir y orientar.